Antibiotico para derrame pleural
Derrame pleural localizado
La incidencia de la infección pleural está aumentando en todo el mundo desde las dos últimas décadas. Los antibióticos son una de las piedras angulares del tratamiento de esta enfermedad y deben ir asociados a una correcta evacuación del derrame pleural.
Los datos relativos a la difusión pleural de los antibióticos utilizados actualmente en la infección pleural adquirida en la comunidad son escasos. El objetivo principal de este estudio es evaluar la farmacocinética pleural de la amoxicilina y el ácido clavulánico en pacientes con una infección pleural complicada (pacientes que necesitan una inserción de un tubo torácico).
Sólo se conocen escasos datos sobre la difusión pleural de los antibióticos. La mayoría de estos datos se refieren a antibióticos que no se utilizan habitualmente para el tratamiento de las infecciones pleurales adquiridas en la comunidad. Además, estos datos proceden de estudios que utilizan metodologías heterogéneas (evaluación única o repetida de la concentración de antibióticos en el derrame pleural, con o sin correlación con la concentración sérica; modelo animal o población muy específica (es decir, pacientes no infectados o tras una cirugía pulmonar).
Antibióticos orales para el empiema
La infección del espacio pleural es una enfermedad grave que fue descrita por primera vez por los médicos del antiguo Egipto hace más de 4.000 años.1,2 La infección pleural era una enfermedad mortal hasta la introducción del drenaje con tubo cerrado para el tratamiento del empiema a finales del siglo XIX, lo que supuso una reducción sustancial de la mortalidad.3 Otro salto en el tratamiento de la infección pleural fue el descubrimiento de los antibióticos en la primera mitad del siglo XX, que supuso un descenso constante de la mortalidad por esta afección.4 Sin embargo, la infección pleural sigue causando una morbilidad considerable y sigue siendo una enfermedad potencialmente mortal, ya que hasta el 15% de los pacientes de este tipo acuden a la atención médica en un estado crítico que requiere asistencia orgánica.5,6
La terminología para describir la infección pleural ha variado a lo largo del tiempo, con términos que describen la presunta etiología subyacente o el aspecto físico del líquido infectado. La enfermedad se denomina “derrame paraneumónico complicado” para separarla de los derrames paraneumónicos simples (no infectados) que acompañan hasta la mitad de los casos de neumonía.7 Estos términos no abarcan las infecciones pleurales primarias que se producen sin infección pulmonar contigua, que constituyen casi dos tercios de la carga de la enfermedad.8 “Empiema torácico” es un término utilizado para describir la acumulación de pus en el espacio pleural, pero ahora se reconoce que el líquido infectado puede tener un aspecto seroso o turbio, y el diagnóstico se confirma con pruebas bioquímicas y/o microbiológicas. Incluso se ha descubierto que las infecciones no purulentas anuncian un peor pronóstico.9,10 Por lo tanto, “infección pleural” es un término global que se prefiere en la literatura actual.
Tratamiento de la infección por derrame pleural
La incidencia de la infección pleural está aumentando en todo el mundo desde las dos últimas décadas. Los antibióticos son una de las piedras angulares del tratamiento de esta enfermedad y deben ir asociados a una correcta evacuación del derrame pleural.
Los datos relativos a la difusión pleural de los antibióticos utilizados actualmente en la infección pleural adquirida en la comunidad son escasos. El objetivo principal de este estudio es evaluar la farmacocinética pleural de la amoxicilina y el ácido clavulánico en pacientes con una infección pleural complicada (pacientes que necesitan una inserción de un tubo torácico).
Sólo se conocen escasos datos sobre la difusión pleural de los antibióticos. La mayoría de estos datos se refieren a antibióticos que no se utilizan habitualmente para el tratamiento de las infecciones pleurales adquiridas en la comunidad. Además, estos datos proceden de estudios que utilizan metodologías heterogéneas (evaluación única o repetida de la concentración de antibióticos en el derrame pleural, con o sin correlación con la concentración sérica; modelo animal o población muy específica (es decir, pacientes no infectados o tras una cirugía pulmonar).
Empyema vs derrame pleural
La toracocentesis puede utilizarse tanto para el diagnóstico como para el tratamiento. Durante un procedimiento de toracocentesis, se introduce una aguja fina en la cavidad torácica y se utiliza una jeringa para extraer el exceso de líquido. También puede realizarse mediante un tubo torácico (toracostomía) si hay una cantidad muy grande de líquido. El tubo torácico es de plástico flexible y se coloca entre las costillas. Se puede utilizar un analgésico local para reducir las molestias.
Si tiene un derrame pleural recurrente, o líquido que se vuelve a acumular alrededor del pulmón, su médico puede recomendarle un catéter pleural tunelizado. Este procedimiento ambulatorio coloca un tubo fino de silicona (catéter) entre las costillas, en el espacio lleno de líquido alrededor de los pulmones. Una parte del catéter permanece fuera del cuerpo, cubierta con un vendaje impermeable, y conectada a un sistema de recogida de botellas desechables. Un catéter pleural tunelizado es una alternativa mínimamente invasiva a los repetidos procedimientos de toracocentesis, que permite al paciente drenar en casa, minimizando los procedimientos y las citas con el médico.