Radiología del íleo

Dirección para la correspondencia: Dr. Vijayanadh Ojili, Departamento de Radiología, Centro de Ciencias de la Salud de la Universidad de Texas en San Antonio, 7703 Floyd Curl Drive, MC 7800, San Antonio, Texas 78229, USA. Correo electrónico: ojili@uthscsa.edu

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Aunque la obstrucción del intestino grueso (OIG) es menos frecuente que la del intestino delgado, se asocia a una elevada morbilidad y mortalidad debido al retraso en el diagnóstico y/o el tratamiento. Las radiografías simples son suficientes para diagnosticar la OBL en la mayoría de los pacientes. Sin embargo, la evaluación adicional con tomografía computarizada multidetector (TCMD) se ha convertido en el estándar de atención para identificar el sitio, la gravedad y la etiología de la obstrucción. En esta exhaustiva revisión, ilustramos las diversas causas de la OBL, haciendo hincapié en el papel de la TCMD en el diagnóstico inicial y la detección de complicaciones, así como en los consejos para diferenciar las enfermedades que pueden imitar la OBL.

Las causas de la dilatación del intestino delgado

El tracto gastrointestinal responde a una obstrucción mecánica o funcional significativa mediante la dilatación e hipertrofia del segmento proximal a la obstrucción. La dilatación excesiva compromete la motilidad y la absorción y se asocia a una morbilidad considerable (estasis intraluminal, sepsis), de modo que la dilatación del intestino representa una responsabilidad importante que predispone al paciente a la insuficiencia intestinal. El intestino dilatado proximal a una obstrucción proporciona un valioso material autólogo para la reconstrucción con «tejido adecuado a la pieza». El alargamiento y la dilatación del intestino forman parte de la respuesta natural de adaptación intestinal a la pérdida del intestino delgado y también pueden inducirse mediante un programa estructurado de «expansión del intestino». El tejido absorbente adicional que se genera progresivamente es esencial para la reconstrucción del intestino (adaptación y alargamiento), para restaurar la dinámica gastrointestinal (propulsión y absorción eficaces) y para reducir la morbilidad (estasis intraluminal, sepsis). Al mejorar las perspectivas de autonomía enteral, la dilatación y el alargamiento del intestino autólogo residual son cruciales para la supervivencia a largo plazo y la buena calidad de vida, y representan un activo muy bienvenido. Este artículo revisa el impacto y el manejo de la dilatación intestinal a lo largo del tracto gastrointestinal.

Procedimiento de dilatación intestinal

La obstrucción intestinal, también conocida como obstrucción intestinal, es una obstrucción mecánica o funcional de los intestinos que impide el movimiento normal de los productos de la digestión[2][5] Puede afectar al intestino delgado o al intestino grueso[1] Los signos y síntomas incluyen dolor abdominal, vómitos, hinchazón y ausencia de gases[1] La obstrucción mecánica es la causa de entre el 5 y el 15% de los casos de dolor abdominal intenso de aparición repentina que requieren ingreso en el hospital[1][2].

Las causas de la obstrucción intestinal incluyen adherencias, hernias, vólvulo, endometriosis, enfermedad inflamatoria intestinal, apendicitis, tumores, diverticulitis, intestino isquémico, tuberculosis e intususcepción. [1][2] Las obstrucciones del intestino delgado se deben con mayor frecuencia a adherencias y hernias, mientras que las obstrucciones del intestino grueso se deben con mayor frecuencia a tumores y vólvulos. 1][2] El diagnóstico puede hacerse con radiografías simples; sin embargo, la tomografía computarizada es más precisa. 1] La ecografía o la resonancia magnética pueden ayudar en el diagnóstico de niños o mujeres embarazadas.

La afección puede tratarse de forma conservadora o con cirugía.[2] Por lo general, se administran líquidos intravenosos, se coloca una sonda a través de la nariz hasta el estómago para descomprimir los intestinos y se administran analgésicos.[2] A menudo se administran antibióticos.[2] En la obstrucción del intestino delgado, alrededor del 25% requiere cirugía.[6] Las complicaciones pueden incluir sepsis, isquemia intestinal y perforación intestinal.[1]

Ileus ct

En un paciente normal suele haber cantidades relativamente grandes de gas en el estómago y el colon. El estómago puede identificarse fácilmente por su ubicación por encima del colon transverso, por las sombras en forma de banda de las rugas gástricas en la vista supina. El duodeno a menudo contiene aire y puede haber algo de gas en el intestino delgado normal, pero rara vez es suficiente para delinear la totalidad de un asa. Si el intestino está dilatado, es importante tratar de decidir cuál es la porción afectada.

El diagnóstico inicial de la obstrucción intestinal suele hacerse en el examen clínico con la ayuda de placas abdominales simples. La dilatación del intestino es el signo cardinal de la obstrucción intestinal, y el patrón de dilatación es la clave para la distinción radiológica entre la obstrucción del intestino delgado y del grueso. En la obstrucción del intestino delgado, el intestino delgado está dilatado hasta el punto de obstrucción y el intestino más allá de este punto está vacío o es de calibre reducido. En la obstrucción del intestino grueso, el intestino grueso se dilata hasta el nivel de la obstrucción. Si la válvula ileocecal, donde el íleon se une al colon, es incompetente, también habrá dilatación del intestino delgado. Distinguir entre la obstrucción del intestino grueso y del intestino delgado depende de la capacidad de reconocer qué partes del intestino están dilatadas.