Diferencia entre ms y artritis

Informamos sobre dos nuevos pacientes con artritis reumatoide y esclerosis múltiple. En un paciente, las primeras manifestaciones de esclerosis múltiple se produjeron ocho años después de la aparición de una artritis reumatoide seronegativa sin manifestaciones extraarticulares. La otra paciente tenía 20 años de historia de esclerosis múltiple cuando desarrolló una artritis reumatoide nodular seropositiva. Ninguna de las pacientes tenía evidencia de lupus eritematoso sistémico. Se realizó una biopsia de labio en un paciente, con resultados normales; el otro paciente no presentaba síntomas clínicos de síndrome de sicca y tenía una prueba de Schirmer negativa. La escasez de casos similares en la literatura es sorprendente, ya que tanto la esclerosis múltiple como la artritis reumatoide son enfermedades autoinmunes y comparten muchas características fisiopatológicas y etiológicas. Aunque la casualidad puede explicar por sí sola la aparición de ambas enfermedades en el mismo paciente, la existencia de factores etiológicos compartidos debería, en teoría, aumentar la probabilidad de la asociación.

Tratamiento de la esclerosis múltiple y la artritis reumatoide

Mabthera, cuando se utiliza fuera de las indicaciones previstas, la artritis reumatoide y el linfoma, es más eficaz que uno de los medicamentos más recientes para la esclerosis múltiple. Así se desprende de un estudio de observación realizado por investigadores del Instituto Karolinska de Suecia, que se publica en Annals of Neurology.

En los últimos años se han desarrollado fármacos moduladores de la enfermedad cada vez más eficaces contra la esclerosis múltiple (EM), pero algunos de ellos conllevan riesgos de reacciones adversas, lo que limita su utilidad. Tysabri (natalizumab), considerado uno de los más potentes de los fármacos actuales contra la EM, se asocia en cerca del 50% de los pacientes a un riesgo muy elevado de contraer una infección viral oportunista y potencialmente mortal en el cerebro. Basta con un simple análisis de sangre para evaluar si alguien está en riesgo de infección. Por ello, los pacientes que han respondido bien a Tysabri suelen cambiar de régimen para minimizar el riesgo de este grave efecto secundario. Sin embargo, cuando los pacientes dejan de tomar Tysabri, existe una alta probabilidad de que su esclerosis múltiple se recrudezca a pesar del cambio a otro medicamento para la esclerosis múltiple.

Ms y artritis en las manos

Muchos misterios siguen rodeando a las enfermedades autoinmunes como la EM y la artritis reumatoide. Los investigadores del Karolinska Institutet están llevando a cabo un amplio proyecto de investigación con la esperanza de desvelar los detalles patogénicos para poder desarrollar métodos de tratamiento más específicos y eficaces.

Las enfermedades autoinmunes son un nombre colectivo para las enfermedades causadas por el sistema inmunitario del cuerpo que ataca los propios tejidos del organismo. Casi todos los órganos del cuerpo tienen su propia enfermedad autoinmune. En la EM, esclerosis múltiple, es el sistema nervioso central el que es atacado. En la artritis reumatoide, es el cartílago de las articulaciones el que se rompe. En la diabetes de tipo 1, son las células productoras de insulina las que se ven afectadas. Un nuevo ejemplo es el trastorno llamado narcolepsia.

“Por alguna razón, pequeñas partes del sistema inmunitario que se supone que protegen contra las infecciones se han vuelto por error contra el tejido del órgano. Si contamos todas las enfermedades autoinmunes, entre el cinco y el diez por ciento de la población está afectada”, dice Tomas Olsson, profesor de neurología del Karolinska Institutet.

Ms y el dolor de la artritis

La esclerosis múltiple (EM) es una enfermedad que provoca daños en la sustancia que recubre las células nerviosas. Esto interrumpe la comunicación normal entre los nervios, lo que provoca problemas de movimiento, habla y otras funciones. No sabemos qué causa la EM, pero creemos que es una enfermedad autoinmune.

La explicación más común es que el sistema inmunitario de una persona afectada, en parte debido a los genes que ha heredado, está preparado para reaccionar de forma anormal a algún desencadenante, como una infección, una exposición ambiental (como el humo del tabaco) o algún otro factor. Para la mayoría de las enfermedades autoinmunes, no es fácil averiguar qué las desencadena. Si pudiéramos, podríamos prevenirlas.

Los expertos sospechan de una serie de posibles desencadenantes o factores de riesgo de la EM. Por ejemplo, algunos creen que se debe a una infección crónica (aunque no está claro qué infección exactamente). Otros creen que se trata principalmente de una enfermedad neurológica genética. Estas teorías cuestionan la idea de que la EM es principalmente una enfermedad autoinmune, aunque puede haber más de un desencadenante o una combinación de desencadenantes que hagan que una persona desarrolle EM.