El resfriado común, la enfermedad respiratoria aguda o la infección viral respiratoria aguda son familiares para todos. Pero no todos saben que la hipotermia, las corrientes de aire o los pies mojados por sí solos no pueden causar enfermedades. El enfriamiento del cuerpo simplemente reduce la inmunidad local, lo que facilita que los agentes causantes del resfriado común ingresen al cuerpo, y el niño comienza a enfermarse.

Los resfriados en los niños se desarrollan de manera algo diferente que en los adultos. Es fácil saltarse la aparición de la enfermedad, ya que el bebé no siempre puede explicar lo que le preocupa. Los padres deben estar alerta si un niño se pone de mal humor y ansioso sin razón, se niega a comer, se ve somnoliento y apático, y sus juguetes favoritos no le interesan; todo esto puede indicar una infección viral inminente.

Incluso si tratamos de proteger al bebé de las enfermedades, le damos vacunas, nos aseguramos de que el niño esté bien vestido, hay suficientes razones para contraer ARVI:

  • Los niños menores de 7 años son más susceptibles a los virus del resfriado y la gripe, ya que su sistema inmunológico apenas comienza a acostumbrarse a los efectos del mundo exterior;
  • Es más probable que los niños entren en contacto con superficies contaminadas y luego se lleven las manos a la boca o se froten los ojos, lo que contribuye a la entrada de microbios en el cuerpo;
  • El tracto respiratorio superior se desarrolla hasta completar la edad escolar primaria (hasta aproximadamente 13 años);
  • Visitar jardín de infantes, preescolar o primaria, aumenta el riesgo de contraer ARVI o ARI;
  • En el contexto de una inmunidad débil, los niños con más frecuencia que los adultos sufren de rinitis alérgica y asma, lo que aumenta la probabilidad de una infección del tracto respiratorio superior.

Frecuencia normal de resfriados

Si bien el sistema inmunológico se adapta a todas las condiciones de vida, la morbilidad frecuente del niño se considera la norma. Por supuesto, la medicina incluye medicamentos para los resfriados para cada período de edad del niño. Pero algunos medicamentos, principalmente los antibióticos, pueden afectar negativamente la inmunidad del bebé, reprimiendo tanto las bacterias dañinas como las beneficiosas.

Por que disminuye la inmunidad

La salud del niño es la preocupación de toda madre, especialmente en los primeros años de vida del bebé. Por lo tanto, incluso en la etapa de planificación del embarazo, ambos padres potenciales deben comprender qué factores pueden afectar la disminución de la inmunidad del niño:

  • Problemas intrauterinos. Un niño en el útero debe recibir todo lo necesario para su pleno desarrollo. Desde el inicio del embarazo hasta el parto, es importante seguir el régimen, comer bien, dejar los malos hábitos y ser observado por su médico. Esto ayudará a reducir los riesgos de adquirir problemas de salud genéticos;
  • Fumador pasivo. Incluso si una persona no fuma, pero al mismo tiempo respira el humo del cigarrillo, recibe una dosis de nicotina. Por lo tanto, el humo de segunda mano, tanto durante el embarazo como después, es inaceptable para la madre o el bebé;
  • Dieta desequilibrada y comer en exceso. El niño debe recibir vitaminas, oligoelementos y minerales para el pleno desarrollo y fortalecimiento del sistema inmunológico. La comida rápida, la comida pesada, un exceso de alimentos dulces y con almidón solo “oprimirán” el cuerpo del bebé y no proporcionarán nada útil. Además, no puede permitir que el bebé se muera de hambre, debe recibir todos los nutrientes necesarios a tiempo;
  • Situación ecológica desfavorable. El aire contaminado puede afectar negativamente a un cuerpo en crecimiento;
  • Sueño inadecuado. Los niños en edad preescolar necesitan aproximadamente 12 horas de sueño por día (8 horas por la noche y varias horas durante el día). La falta de sueño para un niño, así como para un adulto, es debilidad, fatiga, falta de energía y debilitamiento del sistema inmunológico;
    ambiente estresante. La tensión familiar, los malentendidos en el jardín de infancia o la escuela, los conflictos con los compañeros pueden agotar emocionalmente al niño y alterar su salud mental;
  • Falta de higiene personal. Las manos no lavadas a tiempo son el primer paso hacia la interacción directa con microbios y virus;
  • Estilo de vida sedentario. Algunos padres permiten pasar mucho tiempo frente a la televisión y la computadora. Un estilo de vida sedentario, la falta de caminar al aire libre puede provocar atrofia muscular;
  • Gran presión. El niño necesita tiempo libre, descanso “perezoso” y pasatiempos elegidos por él mismo. Ocurre que los padres acostumbran a los niños a un ritmo adulto frenético, definiéndolos en un gran número de apartados, cargándolos de actividades adicionales, ignorando necesidades y deseos. Como resultado, tensión nerviosa y física. Con tal “conjunto”, el niño puede empezar a enfermarse con frecuencia;
    sobreprotector.
  • Cuidar demasiado a un niño también puede afectar la disminución de la inmunidad. Por ejemplo, una madre amorosa está muy preocupada por su hijo, lo envuelve con gusto, lo protege de la más mínima carga: el niño no se moderará y su inmunidad no hará frente a las sorpresas del clima.