PD: Una enfermera robó los talonarios de recetas del médico y escribió 102

Con la creciente preocupación por el uso recreativo de medicamentos recetados entre los jóvenes, es importante hablar sobre las drogas con los adolescentes. Ayúdeles a comprender los riesgos de tomar medicamentos recetados de forma distinta a la prescrita y los peligros asociados a los medicamentos falsificados.

Los medicamentos recetados son la tercera sustancia más consumida por los jóvenes canadienses (después del alcohol y el cannabis). En 2016, más de 80.000 adolescentes canadienses consumieron medicamentos recetados para drogarse. Los jóvenes también pueden consumir medicamentos falsificados, a sabiendas o sin saberlo. Estos medicamentos pueden contener contenidos adicionales desconocidos que pueden provocar daños graves.

Los medicamentos falsos con fentanilo alimentan el aumento de la

Para denunciar la pérdida, el robo o la falsificación de recetas, presente un formulario de notificación de pérdida, robo o falsificación de recetas. Deje pasar dos semanas para que se publique la información presentada.

El profesional autorizado que posea material de prescripción, ya sea manuscrito o generado por ordenador, debe guardarlo en un lugar seguro y alejado del acceso público, para reducir el riesgo de pérdida o robo.

Se anima a los farmacéuticos a que estén más atentos a la hora de verificar la validez de las recetas de los médicos autorizados a los que se ha denunciado la pérdida o el robo de su material de prescripción. Los farmacéuticos también deben ser conscientes de que algunas recetas se imprimen con un nombre, una dirección o un número de teléfono falsos del prescriptor. Hay que tener cuidado al ponerse en contacto con un supuesto prescriptor utilizando el número de teléfono que figura en la receta, ya que es posible que no se pongan en contacto con el profesional sanitario registrado. El nombre del prescriptor puede comprobarse en el Registro de Médicos de la Agencia Australiana de Regulación Sanitaria, y la dirección y el número de teléfono de la consulta deben verificarse de forma independiente a través de otras fuentes publicadas.

La detección de recetas falsas es difícil para muchos farmacéuticos

Cada Estado y Territorio tiene su propia legislación en materia de medicamentos y venenos, que establece los requisitos para que las recetas sean válidas y las obligaciones legales de los farmacéuticos en caso de recibir o detectar una receta falsa[1]. Los farmacéuticos también deben asegurarse de que comprueban los requisitos del estado del que procede la receta, por ejemplo si un paciente informa de que está de vacaciones o si la farmacia está situada cerca de una frontera estatal.

En general, los farmacéuticos tienen la obligación de notificar al departamento de salud del estado y, en algunas jurisdicciones, a la policía si creen razonablemente que una receta ha sido falsificada o alterada de forma fraudulenta.    Algunos estados también tienen procesos específicos que los médicos deben seguir si su talonario de recetas se ha perdido o ha sido robado. Esta información se publica en línea y puede ser comprobada por los farmacéuticos.

No se puede dar por sentado que una receta electrónica es auténtica. Las recetas falsificadas y fraudulentas generadas por ordenador son tan frecuentes como las manuscritas y pueden ser más difíciles de identificar. En el entorno, a menudo acelerado, de muchas farmacias comunitarias, los puntos clave que hay que comprobar para cerciorarse de que una receta electrónica es auténtica son los siguientes

Los medicamentos falsos son peligrosos

El propósito de esta guía es garantizar que las sustancias controladas sigan estando disponibles para fines médicos y científicos legítimos, evitando al mismo tiempo su desvío hacia el mercado ilícito. La intención de esta publicación no es reducir o negar el uso de sustancias controladas cuando estén médicamente indicadas. Nada de lo contenido en esta guía debe interpretarse como una autorización o permiso para que cualquier persona realice cualquier acto que no esté autorizado o permitido por las leyes federales o estatales.

El abuso de medicamentos recetados -especialmente de sustancias controladas- es un grave problema social y de salud en los Estados Unidos. Como profesional de la salud, usted comparte la responsabilidad de resolver el problema del abuso y desvío de medicamentos recetados.

El farmacéutico dispensador debe mantener una vigilancia constante contra las recetas falsificadas o alteradas. La ley responsabiliza al farmacéutico por dispensar a sabiendas una receta que no ha sido emitida en el curso habitual del tratamiento profesional.

Siempre que tenga dudas, debe solicitar una identificación adecuada. Aunque este procedimiento no es infalible (los documentos de identificación también pueden ser robados o falsificados), aumenta el riesgo del drogadicto.