Sindrome de cola de caballo postoperatorio
Historias de recuperación de la cauda equina
Informamos de una paciente con síndrome de cauda equina que se presentó inmediatamente después de una histerectomía. El síndrome de cauda equina intraoperatorio es muy poco frecuente y, hasta donde sabemos, éste es el primer caso notificado tras un procedimiento ginecológico, que fue causado inequívocamente por una hernia de disco intervertebral. Una mujer de 72 años con antecedentes de dolor lumbar crónico y enfermedad discal degenerativa fue remitida al servicio de ortopedia tras desarrollar retención urinaria, disminución del tono rectal y disminución de la función sensitiva y motora bilateral de las extremidades inferiores tras una histerectomía para el tratamiento de un carcinoma de endometrio. La resonancia magnética reveló una gran hernia discal central en L2/3. Debido a un retraso en el reconocimiento del deterioro neurológico progresivo que comenzó inmediatamente después de la operación, se realizó una cirugía descompresiva entre 48 y 72 horas después del inicio de los síntomas. La descompresión quirúrgica de urgencia, que incluía una laminectomía y una microdiscectomía, dio lugar a una mejora de la función intestinal y urinaria, pero no de la fuerza o la sensibilidad de las extremidades inferiores. El síndrome de cauda equina es una afección rara pero devastadora cuyo reconocimiento y tratamiento requiere vigilancia, comunicación y una intervención quirúrgica temprana. Este caso presenta información novedosa de que el síndrome de cauda equina puede producirse en el postoperatorio inmediato de un prolapso discal durante procedimientos no relacionados.
Incontinencia y cirugía de la espalda
El Síndrome de Cauda Equina (CES) puede causar una disfunción persistente que cambia la vida. La literatura sobre la evaluación a largo plazo de los síntomas de la CES es escasa, y aún menos se ha investigado el impacto de estos síntomas en el bienestar mental. Este estudio evaluó los resultados de bienestar mental a largo plazo de los pacientes postoperados de CSE.
Se identificó a los pacientes que se sometieron a cirugía por CES entre agosto de 2013 y noviembre de 2014 mediante una base de datos aprobada éticamente. A continuación, completaron cuestionarios validados por teléfono para evaluar su funcionamiento mental y físico (Cuestionario de Forma Corta 12), generando el Resumen del Componente Físico (PCS) y el Resumen del Componente Mental (MCS). También se evaluó la función vesical, intestinal y sexual mediante cuestionarios validados. Las puntuaciones del MCS se compararon con la media escocesa y con los puntos de corte publicados anteriormente para indicar los pacientes con riesgo de depresión. Se examinaron las correlaciones del SCM con la disfunción vesical, intestinal, sexual y física y se analizó la regresión multifactorial para predecir el SCM a partir de estas variables. Las pruebas t independientes evaluaron la diferencia media de SCV entre los pacientes que presentaban una CES incompleta (CES-I) y una CES con retención (CES-R) y entre los que presentaban una CES confirmada radiológicamente y una CES inminente.
Cirugía de la espalda baja e incontinencia
El síndrome de cauda equina suele requerir una rápida descompresión quirúrgica para reducir o eliminar la presión sobre los nervios afectados. La mayoría de los cirujanos recomiendan la descompresión lo antes posible, dentro de las 8 horas siguientes a la aparición de los síntomas si éstos se desarrollan repentinamente.
Aunque existen informes contradictorios en la literatura sobre el momento del tratamiento, en general se considera que la cirugía en un plazo de 24 a 48 horas ofrece el máximo potencial de mejora de los déficits sensoriales y motores. En un metaanálisis, se observó que los pacientes operados en las 48 horas siguientes a la aparición de la enfermedad presentaban una mejora significativa de los déficits sensoriales y motores y de la función intestinal y vesical con respecto a los pacientes que recibieron el tratamiento después de 48 horas.1 Sin embargo, incluso los pacientes operados más tarde pueden experimentar una mejora de la función urinaria y rectal, así como de los déficits neurológicos.
Tras la cirugía, el grado de recuperación es variable. Los pacientes pueden seguir experimentando algo de dolor en la parte baja de la espalda o en las piernas, disfunción vesical o intestinal y otros problemas físicos, dependiendo de la duración de la compresión nerviosa y de la gravedad de los síntomas en el momento de la cirugía.
Efectos a largo plazo del síndrome de cauda equina
El síndrome de cauda equina se reporta como una secuela en el 0,2%-1% de las cirugías por hernia discal lumbar. Sin embargo, no hay consenso sobre el posible mecanismo fisiopatológico de esta complicación ni sobre su tratamiento.
Las investigaciones preoperatorias consistieron en una resonancia magnética o una mielografía y una tomografía computarizada. Hubo una buena correlación entre la apariencia clínica y los hallazgos radiográficos en todos los pacientes. Cuando la complicación se hizo evidente en cuatro de los pacientes, se les investigó con resonancia magnética y se les volvió a operar en 48 horas con descompresiones amplias.
La operación índice se registró sin incidentes en todos los pacientes. La resonancia magnética postoperatoria no mostró la causa del síndrome de cauda equina, ni tampoco pudo establecerse en la reoperación. Antes de la operación, los cinco pacientes tenían un estrechamiento preexistente del canal espinal. En ningún caso el disco lumbosacro era el nivel índice. Dos pacientes se recuperaron completamente, mientras que los otros tres experimentaron diversos grados de síntomas residuales. No hubo correlación entre el resultado final y el retraso hasta la descompresión secundaria.